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Curo Art

Doble filo de las herramientas digitales.

Por Nadja Bayer

    La experticia en la técnica y la consistencia en el discurso, son elementos fundamentales y muy valorados si prevalecen en el mundo del arte digital. Al menos para aquellos artistas que buscan dejar una huella duradera.

     

    

El uso de la tecnología plantea temas importantes sobre cómo mantener un de por sí delicado balance entre automatización y dedicación humana, y cómo estas dos dimensiones se entrelazan en la era de las herramientas digitales. 

Como todo en este mundo que conocemos, según observo, contiene dualidad en su impacto. Facilita tareas y ahorra tiempo, a la vez que crea desafíos que surgen al depender excesivamente de sus herramientas.

Me gusta pensar que estas herramientas digitales han sido diseñadas para resolver problemas, aumentar la eficiencia y que lo incierto de este escenario se origina en que sus desafíos son responsabilidad de todos sus usuarios, nosotros los incontrolables y complejos humanos. Por ejemplo, el uso de inteligencia artificial en diversas industrias ha agilizado la toma de decisiones, reducido costos y mejorado la precisión en tareas complejas. En el arte, el uso de herramientas digitales ha creado obras y mundos que pertenecen al imaginario particular de sus creadores. Y es que sí existen artistas que han sabido utilizar estas herramientas como medio para enriquecer y expresar su visión personal sin sacrificar la calidad de su obra. Las imágenes de arte generativo de Andrea Ragni me hablan en un idioma como el de mis sueños; Gastón Laval me lleva a un imaginario anatómico del interior y el micro mundo del cuerpo; Matías Irreal me habla a través de paisajes irreales en mi mente. Cada artista entrelazando sus conceptos, habilidades individuales y herramientas análogas y digitales se expresa de una forma que escapa a la realidad concreta que experimento en mi cotidiano. 

Si usamos tecnología sin desarrollar conceptos y referentes propios, sin cultivar técnicas y habilidades auténticas, que complementen y se que mezclen con las herramientas digitales, bien podríamos repetir las tendencias del algoritmo, desconectándonos de la esencia misma de nuestra humanidad, nuestras habilidades innatas y aquellas por desarrollar. 

Además, la tecnología no está exenta de fallos, y cuando surge un problema en los sistemas automatizados, nuestra incapacidad para resolverlo manualmente puede convertirse en una desventaja significativa.

La creación artística ha evolucionado en paralelo con la tecnología, desde los medios tradicionales hasta las herramientas digitales sofisticadas de la actualidad. Y en esta amplia gama de posibilidades para expresar creatividad y materializar visión artística, a través del diseño digital, la animación, realidad virtual y realidad aumentada, por nombrar algunos ejemplos, también nos encontramos con la dualidad entre la comodidad que brinda la tecnología y la necesidad de desarrollar habilidades artísticas sólidas.

La facilidad y rapidez con la que las herramientas digitales son capaces de materializar una idea creativa, podrían llevar a una producción masiva de obras que repliquen tendencias populares, como una app que nos ofrece una playlist musical con canciones de estilo semejante, a eso me refiero con repetir la tendencia del algoritmo. Si bien esto puede generar un flujo constante de contenido, al mismo tiempo puede diluir la originalidad y la particularidad.

En este escenario creo que el desafío sería mantener la autenticidad, la dedicación, el poder de la técnica y la visión personal como artista, usando lo digital como una herramienta que complemente y potencie esa visión única que nos transporta y logra inspirarnos, en un mundo donde la tecnología podría tender a homogeneizar el arte.

La experticia en la técnica y la consistencia en el discurso, son elementos fundamentales y muy valorados si prevalecen en el mundo del arte digital. Al menos para aquellos artistas que buscan dejar una huella duradera.

La tecnología puede ser una herramienta poderosa para potenciar la creatividad si se combina con la dedicación para perfeccionar la técnica y el desarrollo del ser humano. Es en estos elementos donde radica la verdadera trascendencia de una obra: en su consistencia, en el mensaje y en el sello personal del artista.

Es necesario observar conscientemente, atender y cuidar el equilibrio entre la conveniencia de las herramientas digitales y la esencia humana en todos los ámbitos de nuestra vida, incluyendo el arte. Nada fácil tratándose de nosotros, pero es que solo a través de una comprensión consciente de esta dualidad, podremos aprovechar plenamente el potencial de estas herramientas sin perder nuestra identidad, la autenticidad como artistas y seres humanos creando nuestros imaginarios propios, para emocionarnos y por qué no, para compartirlas en el metaverso. Eso quizás sea más cercano a usar herramientas para el progreso.

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